Lunes, 21 mayo 2018 | Redacción CEU
A la hora de enfrentar la lucha contra el cambio climático en Europa, las miradas siempre se han dirigido hacia los coches. Esta atención selectiva forma ya parte del pasado. La Comisión Europea coloca por primera vez a los vehículos pesados en el punto de mira. En concreto, Bruselas propone limitar un 15% las emisiones de dióxido de carbono de estos vehículos en 2025, en relación a las cifras de 2019, para llegar a un 30% en 2030. Un propósito a once años en el continente que los ambientalistas consideran insuficiente y que el sector califica como demasiado exigente, estricto o agresivo.
El 75% de los vehículos pesados en el continente son camiones y representan un 5% de los vehículos que circulan por carreteras europeas. Aun así, se considera que son responsables del 22% del total de las emisiones globales. Estas cifras pueden haber influido en la decisión de la Comisión Europea de lanzar una nueva propuesta encaminada a alcanzar un futuro más alineado con los objetivos pactados en el Acuerdo de Paris.
La iniciativa propuesta por la CE afectará a los vehículos de gran tonelaje y, a partir de 2022, la disposición se extenderá a autobuses, camiones más ligeros y remolques. Bruselas estima que gracias a esta medida, que forma parte del tercer y último Paquete de Movilidad del Ejecutivo comunitario, se podrían reducir 54 millones de toneladas de dióxido de carbono entre 2020 y 2030. Aunque esta misma comisión deja de lado factores como el desembolso económico que supone este tránsito, sí que ha destacado el ahorro a largo plazo que puede suponer el menor consumo de camiones más eficientes y la creación de aproximadamente 25.000 nuevos puestos de trabajo para 2025 que puede conllevar la adaptación a los nuevos estándares.
La propuesta a examen
Aunque Europa suele situarse en la vanguardia de la legislación medioambiental, la regulación de los vehículos pesados ha llegado antes a países como EE. UU., China, Canada o Japón. No obstante, esta propuesta europea es equivalente a la impulsada por la propia CE para nuevos coches y furgonetas, que también fijaba una reducción de un 15% en 2025 y de un 30% en 2030. <<Todos los sectores tienen que cumplir con los compromisos del Acuerdo de Paris, incluidos los vehículos pesados como camiones, autobuses o furgonetas>>, ha declarado en un comunicado el comisario europeo de Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete.
Esta proposición europea no satisface de todos modos a las organizaciones medioambientales, la consideran insuficiente. Tampoco es acogida por el sector con entusiasmo. La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), donde se encuentran siete de los mayores fabricantes camiones del Viejo Continente, considera que esta propuesta es “demasiado agresiva”. La patronal automovilística señala que el sector de los camiones tiene una capacidad de adaptación menor al de los turismos y que este es un objetivo muy ambicioso teniendo en cuenta que los vehículos que se venderán en 2025 se están fabricando en este momento. Este parece ser el sentir mayoritario, pues la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) también se ha pronunciado en la misma dirección.
Cabe destacar que el Paquete de Movilidad presentado por la Comisión Europea no solo ha incluido esta propuesta, aunque en parte se haya visto eclipsado por ella. También ha presentado un Plan de Acción para las Baterías con el objetivo de favorecer la mejora de la competitividad en su producción en masa y, de paso, fomentar el impulso de los vehículos eléctricos, y ha incluido medidas encaminadas a la promoción de la digitalización del transporte, a la creación de un marco legal adaptado a los vehículos autónomos, al incremento de la seguridad en la carretera y a la mejora de las infraestructuras.