Lunes, 18 febrero 2019 | Brenda Rodríguez López
Un restaurante abarrotado. En las mesas, amigos y parejas se mantienen atentos a la conversación. Pero esta no se produce en el comedor, sino en sus redes sociales. Dirigen la mirada a sus acompañantes de cuando en cuando para recordarles que siguen ahí, pero algunos realmente ya no están. Lo que pasa en la pantalla de su móvil es demasiado interesante como para no atender. En otra mesa, un joven espera a que su pareja vuelva del baño. Mientras, decide "aprovechar" el tiempo. Levanta el móvil con una mano, mira a la pantalla y cambia una y otra vez de posición. Sus movimientos extraños y erráticos recuerdan a los de una serpiente que baila encantada por la música de un flautista. Segundos de observación bastan para entender que lo que busca con tanto empeño el joven "ofidio" es la foto perfecta, un buen "selfie". En la barra, el encargado avisa a una camarera de que ya puede irse. Su jornada de trabajo ha acabado. Antes de despedirse, ya tiene el móvil en la mano. ¿Hasta qué punto están cambiando las redes sociales nuestro comportamiento social?
Prueba de que las redes sociales están teniendo un gran impacto en la vida moderna es el elevado número de estudios académicos que analizan esta estrecha relación. Uno de los más recientes es el que han llevado a cabo los científicos de Stanford y de la Universidad de Nueva York. Su experimento consistió en analizar los efectos de la desconexión de Facebook de 2.844 usuarios durante un periodo de cuatro semanas, en concreto, en el periodo previo a las pasadas elecciones de Noviembre en EE. UU. Las conclusiones a las que llegaron los investigadores del estudio fueron principalmente las siguientes:
- Los desconectados experimentaron un bienestar subjetivo mayor.
- Estos usuarios redujeron el resto de su actividad en línea, por ejemplo, el uso de otras redes sociales, y aumentaron la actividad fuera de la red con dinámicas como ver la televisión o interactuar con familiares o amigos.
- Los sujetos que tomaron este descanso también siguieron con menor intensidad la actualidad informativa, eso pudo contribuir a que mostraran menos polarización respecto a ciertos temas.
- El experimento influyó en que, tras la experiencia, los participantes utilizaran menos esta red social.
Lo bueno y lo malo de las redes sociales
Hace poco, los medios se hicieron eco de otro estudio sobre el comportamiento y el uso de las redes sociales, esta vez llevado acabo por la Universidad de Michigan. En concreto, este análisis subrayaba la relación existente entre el uso intensivo de plataformas como Twitter o Facebook y la toma de decisiones arriesgadas, algo que también es característico de la adicción a las drogas. La mención de este último dato no es anecdótica: la relación con las redes sociales puede llegar, en sus casos más extremos, a ser tratada como una enfermedad.
Expuesto todo esto, podría parecer que las redes sociales solo ocasionan problemas a sus usuarios. No pretende este artículo menoscabar la reputación de las comunidades digitales contemporáneas. La aparición de estas redes ha supuesto un punto de inflexión en nuestra sociedad y, por supuesto, gran parte del éxito que han tenido responde a los múltiples beneficios que aportan:
- Ponen en contacto a los usuarios con personas que de otra forma nunca llegarían a conocer.
- Ayudan a mantener el contacto o a recuperarlo tras años de distanciamiento.
- Permiten la comunicación en tiempo real, de forma instantánea, sin limitaciones geográficas y de forma gratuita.
- Sirven como carta de presentación y fomentan el networking (aunque su mala gestión también puede contribuir a la pérdida de una oportunidad laboral).
- Son una fuente de información y entretenimiento constante.
- Ayudan a resolver dudas e inquietudes sobre cuestiones personales, profesionales, académicas y comerciales.
- Hacen posible la construcción de comunidades formadas por personas que comparten los mismo intereses.
- Sirven como medio para denunciar problemas sociales e impulsar el activismo.
- Consiguen que la comunicación con las marcas pueda llegar a ser real y bidireccional.