Lunes, 19 agosto 2019 | Redacción CEU
El cambio es una máxima constante en la vida. Algunas veces, ganamos con él. Otras, nos hace perder. Algunas veces, nos sobreviene. Otras, esperamos impacientes su llegada. Sin embargo, si hay algo persistente en el cambio es su esencia inspiradora, pues este siempre nos lleva a adoptar nuevos enfoques, a agudizar el ingenio y a aprender de nuestros errores. De no hacerlo, podemos ser engullidos por él. Precisamente, el entorno empresarial nunca se ha visto expuesto a tantos cambios en un periodo tan corto de tiempo: los continuos avances tecnológicos, los nuevos modelos organizativos empleados por las empresas digitales, el combate manifiesto por el talento, los cambios de hábitos sociales, la creciente competitividad,... Ante el cambio parece que nada se puede hacer, pero ese es una visión errónea. Si una empresa quiere tener éxito en un contexto tan inestable y voluble como este, tiene que estar preparada para cambiar, no verse sobrecogida y saber sacar provecho de lo que pueda acontecer. Hoy, en el Blog de CEU IAM, analizamos las claves para gestionar los cambios dentro de la empresa.
¿Alguna vez te has preguntado cómo percibe los cambios tu compañía? Lo menos probable es que reaccione al cambio con indiferencia. La mayoría de organizaciones mantienen dos actitudes contrarias. La primera es reaccionaria. Para este tipo de organización, el cambio es un obstáculo, un inconveniente, algo que siembra incertidumbre. Opta, por lo tanto, por el camino más corto: evitarlo, adoptar una solución a corto plazo, atajarlo parcialmente,... La segunda es innovadora. En este caso, la empresa ve el cambio como una oportunidad de crecimiento, una ocasión para aprender. Es fácil predecir cuál de estas dos organizaciones tiene más oportunidades de prosperar en el entorno de trabajo antes descrito.
Las claves del éxito frente al cambio
Una empresa abierta al cambio es por definición flexible, es decir, afronta las vicisitudes diarias y coyunturales de forma natural, sin que ello implique trastocar los cimientos y estructura de la empresa. Es una organización que, como parte de su actividad normal, está preparada para reaccionar rápido ante los nuevos escenarios que, debido a la etapa de transformación digital en la que nos encontramos, nunca habían sido tan numerosos y frecuentes como ahora. De hecho, este nuevo enfoque de las compañías no solo se construye sobre la capacidad de adaptación frente al cambio, también sobre la identificación de oportunidades y el provecho de las nuevas circunstancias. A continuación, ofrecemos una serie de características comunes que lleva a estas organizaciones a enfrentar el cambio con éxito:
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Visión compartida
Las organizaciones tienen que dejar de verse como entes estancos para ser capaces de adaptarse y adelantarse a los cambios. Para conseguirlo, necesitan adoptar un enfoque compartido que lleve a la implicación y compromiso de todos los grupos de interés. Esta nueva visión debe ser transversal, ya que gran parte del éxito de una compañía requiere del esfuerzo de los empleados, no solo de los líderes y directivos. La experiencia de los distintos miembros de la empresa es crucial para detectar e identificar las nuevas realidades y los caminos que pueden llevar a que la empresa sea más productiva. A su vez, para que los empleados puedan mantener una actitud proactiva, deben disponer de espacios abiertos a la participación y el diálogo.