Lunes, 20 mayo 2019 | Redacción CEU
La globalización de los mercados, la alta movilidad y el avance de las nuevas tecnologías han ayudado a impulsar un nuevo contexto en el que las fronteras se presentan poco a poco más difuminadas. En respuesta a este escenario, cada vez más compañías giran su mirada hacia los mercados extranjeros. Esta situación se ve reflejada en las diferentes noticias que ocupan la información que recibimos a diario: subidas de aranceles, acuerdos internacionales, guerras comerciales, robots mensajeros,... Con el paso del tiempo, los ciudadanos nos hemos ido familiarizando con algunos términos sobre comercio internacional. No obstante, no todos ellos resultan sencillos de entender. Hoy, queremos arrojar algo de luz sobre uno de estos conceptos: el “dumping”. ¿En qué consiste esta estrategia comercial? ¿Cuáles son sus posibles causas y consecuencias? ¿Qué diferentes tipos de “dumping” existen? ¿Cómo se combate?
En la sección internacional de medios de comunicación tanto escritos como audiovisuales es fácil que aparezca de vez en cuando una alusión a las estrategias de dumping o a las medidas antidumping que despliegan unos u otros países. Encontramos estos términos sobre todo en noticias referentes a EE. UU. o China, pero también en las relacionadas con otros estados (incluido el nuestro). Pero ¿entendemos realmente a qué se refieren los medios cuando hablan sobre dumping?
El "dumping" y sus diferentes enfoques
El dumping (también conocido como venta a pérdida) es una práctica comercial que consiste en vender por debajo del precio normal o del coste de producción en un mercado extranjero. Esta estrategia permite al exportador acceder al mercado de forma rápida y eficaz, pues los precios son sustancialmente inferiores a los habituales. Esto repercute naturalmente en la mejor venta del producto y tiene un impacto negativo en los competidores directos.
Se considera que el dumping es una práctica desleal, pues su principal objetivo es entrar en el mercado exterior eliminando de un solo golpe a la competencia. Es decir, puede convertirse en una herramienta muy efectiva a la hora de conseguir monopolizar un mercado. Sin embargo, también hay excepciones. Es el caso, por ejemplo, de una empresa que recurre a esta práctica en una sola ocasión o de forma puntual con el fin de deshacerse del exceso de producción.
En otras ocasiones es el propio gobierno del país exportador el que promueve estas práctica a través de la concesión de subsidios a la exportación de un producto o un bien en particular. Gracias a estas subvenciones, las compañías puedan vender por debajo del precio de coste sin que esto suponga pérdida alguna para ellas. Cuando esto ocurre, se produce una situación de desigualdad. Los productores nacionales no pueden competir con los precios de las compañías que desembarcan en su país. Este tipo de prácticas pueden poner en riesgo a la industria y el empleo.
Tipos de "dumping"
Existen numerosas tipos de dumping:, social, cíclico, doble, ecológico, cambiario,... No obstante, a continuación destacamos las modalidades más representativas y significativas de esta práctica comercial:
- Dumping esporádico: El mercado doméstico no es capaz de absorber el exceso de producción y, durante un periodo corto de tiempo, vende ese excedente a un precio inferior al del mercado extranjero.
- Dumping predatorio: Su objetivo es en entrar en el mercado, eliminar a la competencia de forma rápida y hacerse con el mercado. Como su nombre indica es el dumping más feroz, pues el exportador está dispuesto a afrontar pérdidas con tal de cumplir su misión. Una vez conseguido su propósito, los precios suben.
- Dumping persistente: El exportador vende de manera constante a otro país a precios más bajos que en el mercado origen. Así, resulta más competitivo en los mercados extranjeros, pues estos suelen tener una demanda más elástica. Esta estrategia busca la maximización de los beneficios a través de la segmentación de los mercados, después de haberse percatado de que estos no están conectados.