Lunes, 24 septiembre 2018 | Redacción CEU
La globalización ha abierto las puertas a nuevas oportunidades de negocio en el extranjero. Son cada vez más las compañías que como estrategia de crecimiento optan por abrazar nuevos mercados fuera de sus fronteras. Esta expansión internacional tiene como contexto un escenario global marcado por el cambio permanente, el desarrollo tecnológico exponencial y la creciente complejidad e incertidumbre del mundo de los negocios. La gestión del capital humano será para estas empresas un elemento decisivo a la hora de alcanzar el éxito en su proyecto internacional. ¿Cuáles son las máximas de la internacionalización de los Recursos Humanos? ¿Contra qué obstáculos deben luchar estas empresas en relación a su talento?
A este escenario complejo y cambiante descrito, hay que sumar dos variables que suelen estar presentes en la mayoría de procesos de internacionalización contemporáneos, la celeridad en la ejecución y el aumento de la competencia. Embarcarse en un proceso de internacionalización es una decisión que requiere planificación, reflexión y análisis. No obstante, la dinámica del mundo de los negocios actual no es favorable a este ritmo: los tiempos se reducen y la premura se impone como norma. Por otro lado, el número de compañías que decide apostar por este tipo de alternativas de crecimiento horizontal aumenta, en otras palabras, la competitividad crece. Dentro de este contexto confuso y frenético, existe un factor que puede ser determinante para el éxito de las compañías: la buena gestión del capital humano.
Cuatro claves para la internacionalización de los Recursos Humanos
Desarrollar un plan de expansión internacional que permita a las compañías competir en nuevos mercados no es una tarea liviana. Son muchos los aspectos que los directivos deben contemplar en su plan estratégico. Además, en un entorno VUCA como el que nos encontramos, los problemas se resguardan bajo nuevos disfraces y adoptan pautas de comportamiento diferentes, dificultando en gran medida esta misión.
El capital humano de una organización puede servir como un firme punto de apoyo en la expansión internacional, llegando incluso a constituir una gran ventaja competitiva frente al resto de firmas que también aterrizan en el extranjero. Precisamente, uno de los errores más frecuentes en la internacionalización de las empresas es la infravaloración del rol del capital humano en este proceso.
Con ánimo de facilitar la difícil tarea que tienen los líderes que deciden trasladar parte de su negocio al extranjero, ofrecemos a continuación una serie de máximas en relación a la gestión del talento y la internacionalización de las empresas:
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Un Programa de Movilidad Internacional cuidado
A la hora de seleccionar los profesionales que se enfrentarán a un nuevo destino, es importante valorar y analizar los principales puntos de fricción: los problemas que acarrea el cambio de residencia, la adaptación de los trabajadores a una cultura diferente a la propia, la falta de experiencia sobre el terreno, las dificultades técnicas que pueden encontrar, la difícil proyección laboral en el extranjero, etc. Los profesionales escogidos tienen que contar con unas competencias blandas que se ajusten a estos nuevos puestos de trabajo (flexibilidad, empatía, capacidad de adaptación, etc.). Si carecen de estas aptitudes, el proyecto puede verse afectado por ello.
Por otro lado, la organización debe poner una mayor atención en la protección integral de sus trabajadores, por ejemplo: proporcionar información sobre el país de destino, facilitar asesoramiento a su llegada, ofrecer una cobertura asistencial y sanitaria, contemplar los aspectos fiscales y migratorios antes de la partida, etc. Es clave para el buen desempeño de la misión que el personal desplazado a un país nuevo se sienta conforme y satisfecho y que su esfuerzo migratorio se vea compensado en la medida adecuada. Esta cuestión no solo puede ser abordada desde una perspectiva salarial. Como hemos explicado en otras publicaciones, la retribución de los profesionales además de económica, también puede ser emocional.