Lunes, 10 septiembre 2018 | Brenda Rodríguez López
En el escenario laboral actual, marcado por el devenir tecnológico, las empresas tienen que estar más preparadas que nunca para enfrentar nuevos desafíos. Necesitan para ello contar con profesionales que estén a la altura de esta difícil labor, que estén comprometidos con los objetivos de la empresa y que sean capaces de adaptarse a la complejidad y volatilidad del entorno. Esta misión no se reduce tan solo a la búsqueda y fichaje del talento ideal, sino a su conquista. Si al reclutamiento no le sigue un buen clima laboral y unas condiciones satisfactorias, la misión fracasa. El talento está sujeto a la libre voluntad, y cuando no le gusta lo que ve, se va. La clave del cortejo del talento no es económica, sino emocional.
La retribución económica es un factor importante a la hora de motivar a un trabajador, sin embargo, reducir la compensación a su trabajo y esfuerzo solo a un factor monetario puede constituir un grave error. Los profesionales cada vez valoran más otros elementos clave de su rutina laboral. Prueba de ello son las conclusiones obtenidas en informes como el último que ha publicado Randstad. Según la empresa de servicios de Recursos Humanos, 727.100 trabajadores estarían dispuestos a trabajar menos horas por un salario proporcional a esta reducción. De hecho, en un informe reciente, “Randstad Employer Brand Research 2018”, la compañía señalaba que España era el segundo país del mundo que más valoraba la conciliación laboral a la hora de elegir una empresa en la que trabajar.
De otro estudio de la misma compañía, mucho más inquietante, se desprende que el 27,5% de los trabajadores españoles (más de 5,3 millones de ocupados) baraja la posibilidad de cambiar de empleo a la vuelta de vacaciones. El 43% de los profesionales estaría dispuesto incluso a mudarse a otra ciudad para acceder a un nuevo empleo. Entre los factores decisivos que desencadenan este afán de cambio se encuentra, por supuesto, el deseo de recibir un sueldo más alto. No obstante, a este factor le siguen otras condiciones laborales significativas como son el equilibrio entre la vida personal y laboral, las oportunidades de crecer como profesional, una mayor seguridad y estabilidad y otras alternativas que permiten una mayor flexibilidad laboral. Por otro lado, es justo señalar que un 73% de los trabajadores españoles manifiesta sentirse satisfecho con su empleo según Randstad. De hecho, España es el único de los países del sur de Europa que no se sitúa por debajo de la media europea.
Randstad no es la única compañía que presenta análisis sobre la relación de los profesionales con el trabajo y que invita a las empresas a reflexionar sobre qué retribución es la adecuada para conquistar al talento. Según el estudio “360º Wellbeing Survey 2018” llevado a cabo por Cigna, un 74% de los trabajadores en España ha acudido al trabajo alguna vez estando enfermo, un porcentaje mucho más elevado que el de países como Reino Unido (57%), Alemania (49%) o Francia (42%) . Las condiciones de salud y bienestar constituyen uno de los puntos que los trabajadores más valoran a la hora de elegir empresa. En concreto, este factor es decisivo para tres de cada cuatro profesionales.