Lunes, 22 febrero 2021 | Redacción CEU
Tienen un objetivo común, se rigen por principios de colaboración y solidaridad y constituyen la estructura organizacional por excelencia. ¿Quiénes son? Hablamos de los equipos de trabajo. Es de estos grupos de personas de los que depende en gran medida el éxito en una empresa, pues solo a través de su sinergia se pueden alcanzar los objetivos que esta misma tenga. Y si a ese conjunto diferentes individuos con metas compartidas le sumamos el contexto actual de pandemia, caracterizado por la distancia social y grandes dosis de incertidumbre, todo parece complicarse mucho. ¿Es tan difícil como parece mantener un equipo unido en tiempos de coronavirus? ¿Cómo conseguir hacer equipo en un contexto tan adverso como el actual?
Desde hace unos años, el mundo de los Recursos Humanos ha empezado a medir el desempeño y rendimiento de forma colectiva. Se ha pasado de un enfoque people-centric, en el que la unidad de evaluación mínima era el empleado, a un enfoque team-centric, en el que se toma como unidad el propio equipo de trabajo. En esta nueva visión del trabajo, mucho más cooperativa, los jefes también han pasado de establecer objetivos individuales a fijar objetivos para toda la organización. Una vez marcados, estos pueden dividirse, a su vez, en objetivos más pequeños y repartidos por unidades de negocio o equipos. No obstante, la esencia no deja de ser la misma: las metas necesitan alcanzarse a través de la colaboración y el trabajo en equipo.
Este nuevo enfoque ha influido, naturalmente, en la forma de trabajar. Los empleados cuentan ahora con más autonomía a la hora de desempeñar su trabajo, fijando incluso ellos mismos sus propias metas de cara a conseguir las que tenga la empresa. Eso no quiere decir que la figura del líder haya perdido fuerza dentro del equipo, sino que existe un proceso de trabajo un tanto diferente. Tampoco quiere decir que los empleados no tengan que reportar acerca de sus progresos a sus superiores o que su aportación individual deje de tener tanta importancia. Si el individuo no se comunica, el equipo pierde. Si el individuo falla, el equipo lo hace con él. Por el contrario, cuando el miembro del equipo acierta, contribuye positivamente a la consecución de las metas del equipo, y por ende, de la empresa.
Cohesión con distancia social
La llegada del coronavirus puso a prueba a todas las empresas, incluso a las que ya trabajaban utilizando este enfoque. Los equipos de trabajo no solo tuvieron que establecer nuevas metas en un contexto mucho más hostil e incierto que el habitual, sino que debieron aprender además a trabajar de una forma completamente nueva.
El teletrabajo se ha extendido durante los últimos meses y muchos de los miembros de un equipo, e incluso el equipo al completo, deben trabajar ahora desde casa. Este hecho está influyendo precisamente en que esta nueva forma de trabajar, mucho más autónoma y flexible, vaya ganando cada vez más importancia. Esto supone todo un desafío para las personas que se encuentran en puestos de mando.
Los líderes necesitan, más que nunca, crear buenos equipos, mantenerlos unidos (pese a que estén separados por kilómetros y no se vean durante meses) y conseguir que funcionen como un engranaje perfecto. Para ello, necesitan entender tanto las limitaciones como las ventajas que esta nueva forma de trabajar aporta, y prepararse; porque con gran probabilidad, en el futuro escenario poscovid, el modelo híbrido sea el más popular.