Lunes, 2 julio 2018 | Redacción CEU
¿Cuál es el consumo real de los coches? ¿Y su nivel de emisiones? El protocolo WLTP pretende responder a estas preguntas de una manera mucho más fiel a la realidad de la que lo hace el modelo vigente. Hasta ahora, el consumo de carburante de un vehículo o la autonomía de un coche eléctrico se medía a través de una homologación basada en la conducción teórica: el protocolo NEDC. Una normativa cuya rigurosidad ha sido puesta en duda tras el escándalo “dieselgate”. La industria de la automoción se encuentra ahora en la cuenta atrás final para la implantación de una regulación más realista y de obligado cumplimiento en la Unión Europea. ¿Están preparadas las marcas para afrontar este reto con éxito? ¿Qué consecuencias tendrá en el sector la inminente llegada de esta nueva normativa? ¿Cómo afectará este cambio en la industria a los consumidores?
Los test que homologan los consumos de combustible, las emisiones, las partículas contaminantes o el gasto de energía en los sistemas de propulsión alternativos de los coches serán mucho más complejos y exhaustivos y tendrán en cuenta situaciones de conducción reales. Una nueva norma introducirá variaciones en estas mediciones como la toma en cuenta de diferentes equipamientos y extras opcionales de los vehículos, diferentes velocidades, distancias más largas, diversas fases de la conducción, elementos clave como el encendido del aire acondicionado, cambios de marchas o la conducción bajo temperaturas más altas.
El WLTP (Worldwide harmonized Light vehicles Test Procedure) será el nuevo procedimiento que pondrá fin al protocolo NEDC (New European Driving Cycle). Este último lleva vigente desde los años 80 y se presenta ahora ante nuestros ojos como obsoleto y poco realista. Los coches de aquella generación nada tienen que ver con los que se fabrican ahora y, por lo tanto, tampoco con los estándares que a día de hoy se tienen que cumplir.
Una vuelta de tuerca a la industria
La llegada del WLTP es inminente y no tiene vuelta atrás. A partir del próximo 1 de septiembre, todos los vehículos nuevos que se vendan deberán estar homologados de acuerdo con este protocolo. La normativa afectará además a todos los coches a la venta en 2019. Sin duda, los fabricantes serán los más afectados por esta situación. Estos no solo se verán obligados a homologar sus coches, también a adaptarlos para que cumplan con unos requisitos más estrictos.
Los fabricantes apuntan que el periodo de tiempo que han tenido para adaptarse a esta nueva normativa ha sido demasiado escaso. Los centros encargados de certificar la nueva homologación tendrán que llevar a cabo miles de pruebas. Admiten que también será difícil para ellos cumplir los objetivos marcados. El sector reconoce que debido a este proceso de tránsito también se pueden producir los llamados cuellos de botella. La WLTP tendrán un impacto directo en los vehículos que se ofertarán. Marcas como Opel o Volkswagen se están planteando eliminar algunos modelos de sus gamas. Otras firmas apuestan por detener la producción de algunos modelos o retrasar hasta nuevo aviso la disponibilidad de estos vehículos. Esta última ha sido la opción elegida por Porsche.
Este nuevo protocolo no ha causado revuelo en el la industria del automóvil solo por el esfuerzo que supone la adaptación al nuevo sistema, sino también porque, según el marco regulatorio actual, el nivel de emisiones de CO2 determina cuál es la carga impositiva de los vehículos en España. Con la llegada del WLTP se prevee que los resultados de las mediciones sean más elevados que los actuales y, por lo tanto, que el precio de venta de los vehículos se vea afectado.
Hasta ahora, los coches que no superaban los 120 gramos por kilómetro no tenían que pagar. En el caso de que el sistema impositivo no cambie con la entrada de la nueva regulación, Faconauto sostiene que los coches que pagarían el impuesto de matriculación ascenderían a un 70%, frente al 20% que lo hace ahora. Esto podría repercutir en un descenso de las ventas de hasta un 10% según mantiene Gerardo Pérez, presidente de la federación.