Lunes, 17 septiembre 2018 | Redacción CEU
Polestar se ha fijado como objetivo para 2020 abrir 60 concesionarios en diferentes puntos del planeta. Estos lugares conocidos bajo el nombre de Espacios Polestar ofrecerán un enfoque de comercialización de vehículos muy diferente al que estamos acostumbrados. Uno de los puntos que más llaman la atención de la nueva propuesta de la firma de rendimiento eléctrico es que estos emplazamientos no estarán destinados a la venta directa de coches. ¿Cuál es entonces el plan de esta compañía? ¿Cómo venderá coches sin venderlos?
La nueva submarca del Grupo Volvo Cars, Polestar, tiene el firme propósito de romper con el tradicional concepto de concesionario. La firma ha anunciado recientemente su intención de abrir sesenta nuevos “concesionarios” en diferentes puntos del planeta que son considerados puntos estratégicos. Estos nuevos espacios se parecerán más a pequeños salones del automóvil que a los tradicionales puntos de venta. La intención de Polestar es probar nuevas vías de comercialización de los vehículos que estén más centradas en la experiencia del cliente y menos en la venta directa de coches. ¿Conseguirá ser efectiva esta estrategia?
Del concesionario al pequeño salón del automóvil
La firma de automóviles de rendimiento eléctrico plantea alcanzar este objetivo gracias a una nueva concepción de concesionario que se aleja del patrón habitual y que se asemeja más bien a una sala de exposiciones. Polestar pretende que este nuevo espacio sea capaz de transmitir su filosofía y, por ello, utiliza en su diseño el mismo lenguaje que usa en sus modelos: el minimalismo. En los llamados Espacios Polestar, los visitantes podrán admirar de cerca y apreciar de forma aislada los principales elementos de los vehículos de la firma. Por ejemplo, expondrán algunos componentes de sus coches como las llantas o los detalles en fibra de carbono, enfatizando de esta forma su expresión artística.
El plan de Polestar es que los clientes puedan tener una experiencia mucho más directa. Los usuarios no solo podrán ver estos componentes, sino también tocarlos. La firma quiere que los clientes descubran la ingeniería que se esconde bajo la “piel” de sus vehículos y aprecien estos coches desde una óptica diferente. Estos espacios también contarán con la ayuda de expertos de la marca que les asesorarán en su visita al los “concesionarios”. Estos profesionales no cobrarán comisión por la venta de coches por lo que la experiencia no será tan agresiva como puede llegar a serlo en algunas ocasiones. La compañía quiere evitar que los clientes se sientan presionados a la hora de firmar cualquier tipo de contrato.
La idea es que sean los propios clientes los que, tras su visita, entren en Internet para solicitar el vehículo que han encontrado en este espacio y por el que realmente están interesados. Pese a que la propuesta de Polestar es disruptiva en algunos puntos, estos originales puntos de venta seguirán manteniendo algunos aspectos clave de la comercialización de los vehículos, entre ellos, la fundamental y necesaria posibilidad de probar el coche.