Lunes, 15 febrero 2021 | Redacción CEU
Una mesa, un portátil, unas zapatillas y una taza con café. Con estas pocas palabras se podría describir la rutina de trabajo de millones de trabajadores en estos últimos meses. La pandemia ha empujado a muchas organizaciones a optar por un sistema, en principio provisional, basado en el teletrabajo. De no ser así, muchas no habrían podido seguir desarrollando su actividad con cierta normalidad. En entregas anteriores de nuestro blog, hablamos dilatadamente sobre los cambios que puede ocasionar esta nueva realidad. Sin embargo, apenas mencionamos cómo puede afectar esto a nuestro tradicional espacio de trabajo: las oficinas. Hoy, en CEU IAM Business School, analizamos las principales características de las oficinas del futuro.
La adopción del teletrabajo como un modelo de trabajo extendido plantea una pregunta: ¿Ha llegado este modelo para quedarse o es esta solo una medida provisional?
La llegada del coronavirus en nuestras vidas ha supuesto un cambio sustancial en la forma de trabajar y, más en concreto, en la implementación del trabajo remoto. No obstante, muchos de esos empleados que ahora trabajan desde casa volverán a la oficina una vez superada o controlada esta crisis. También es cierto que numerosos expertos como Alfonso de San Cristóbal, International Chief HR Officer en Aegon, consideran que una de los cambios que traerá esta pandemia será la adopción de modelos híbridos de trabajo:
La cuestión más obvia que ha llegado para quedarse [con la experiencia del COVID-19] son los modelos híbridos (presencial y teletrabajo). Ahora sabemos que se puede hacer, con sus ventajas y desventajas. Habrá que encontrar cuál es el balance adecuado
Un aspecto que parece reforzar esta hipótesis es que los profesionales son partidarios de este cambio. Según el estudio Resetting Normal: Redefiniendo la nueva era del trabajo elaborado por Adecco, el 77% de los participantes piensa que el modelo ideal de trabajo de la era poscovid es uno que combine trabajo presencial y remoto. Asimismo, un 80% de los encuestados demanda una mayor flexibilidad a la hora de realizar sus funciones y también en relación al sitio donde hacerlas.
En definitiva, las empresas deberán enfrentarse una vez acabada esta situación a la decisión de si los empleados deben acudir a trabajar cada día a la oficina. Muchos de ellos quizás opten por un modelo de trabajo híbrido o más flexible. Eso se traducirá en que los trabajadores contarán con dos espacios de trabajo: uno donde habitualmente lo tenían y otro en su propia casa. Ya hemos mencionado en otras ocasiones como esta experiencia de teletrabajo ha propiciado la subida de ventas de escritorios y dispositivos en busca de que los trabajadores se adapten a esta situación. Es probable que esta tendencia continúe, porque muchos necesitarán cambiar ese espacio provisional por otro más permanente.
¿Y qué pasará con las oficinas tradicionales?
Aunque no tenemos una bola de cristal, podemos hacernos una idea repasando las principales tendencias que apuntan los especialistas del sector. Sobre algunas de ellas ya se hablaba hace años, pero este escenario fuera de lo común parece apuntar a su más rápida adopción:
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Compensación a la pérdida de contacto
Sea la visita a la oficina frecuente u ocasional, estos espacios necesitarán estar acondicionados para la colaboración y el trabajo en equipo. El objetivo será tratar de recuperar aquello que se puede estar perdiendo debido a la apuesta por el trabajo remoto. Las oficinas serán espacios amplios, abiertos y situarán al empleado en el centro. Estarán destinados a que los trabajadores puedan interactuar con compañeros o visitantes. Incluso en algunos casos no solo de forma profesional, sino también informal. También serán espacios con un enfoque más centrado en la innovación, la colaboración y la formación.
Las nuevas metodologías de trabajo que las compañías están adoptando, como el Design Thinking o Agile, se basan en estructuras de equipo dinámicas y en las que la presencia de los miembros del equipo juega un papel importante. Estos espacios también tendrán que adaptarse a estas nuevas metodologías y nuevas necesidades de los profesionales: disponibilidad de equipos y herramientas, acceso fácil a información, espacios que ofrezcan privacidad si es necesario, etc.