Lunes, 17 diciembre 2018 | Redacción CEU
Uno de los rasgos que caracteriza al coche eléctrico es la ausencia de ruido. A veces cuando subimos a un taxi eléctrico y este para en un semáforo, no somos capaces de discernir si el coche está apagado o no. Imaginemos por un momento que el vehículo más utilizado fuera el coche eléctrico. Sería un placer para los oídos, ¿verdad? Pero lo que por un lado podría repercutir en nuestra paz y bienestar, también podría entrañar un gran riesgo para los viandantes. Si pensábamos que la llegada de los coches eléctricos iba a traer a las calles el silencio, nos equivocábamos. Los coches eléctricos tendrán que sonar por ley. Aunque su presencia parezca una cuestión trivial, el ruido es clave para la seguridad vial de hoy en día. ¿Por qué no pueden ser silenciosos los automóviles? ¿En qué consiste la nueva legislación sobre ruido y vehículos eléctricos?
Hace unas semanas, comentábamos en un artículo esa nostalgia que los amantes de las motos pueden experimentar al conducir una moto eléctrica. Y es que los vehículos de dos ruedas no emiten el mismo sonido. Los fabricantes son conscientes de cómo puede afectar esta ausencia de ruido a la experiencia de los conductores y trabajan en el diseño de motos que sean capaces de complacer a los usuarios y compensar esta pérdida. Los coches eléctricos, cuyo uso está mucho más extendido que el de las motos, comparten ese rasgo. No producen apenas ruido. Aunque todo parece indicar que por poco tiempo. En 2019, los coches tendrán que emitir algún tipo de sonido para alertar de su presencia en la carretera.
El ruido a veces perjudicial, a veces necesario
Según un informe publicado recientemente por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ruido es uno de los principales riesgos para la salud mental, la física y el bienestar de las personas. De hecho, el ruido excesivo puede acabar ocasionando problemas cardiovasculares, trastornos digestivos, estrés, insomnio y pérdida de concentración. La mayoría de coches, autobuses, camiones y, en general, la mayoría de vehículos que circulan actualmente por la carretera producen ruido. Es tal el nivel de ruido que emiten que puede llegar a constituir un problema ambiental. El tráfico es un agente de contaminación acústica por delante de la actividad empresaria e industrial.
La migración de personas del entorno rural a la ciudad no ha ayudado a mitigar este efecto. La densidad de trafico cada vez es mayor y el nivel de ruido más alto. Con su llegada, los coches eléctricos prometían poner fin al problema y, en gran medida, seguramente lo hagan. Pero no por ello dejarán de producir ruido, porque, aunque pueda parecer contradictorio, el ruido en los coches en unos casos es perjudicial y en otros necesario.
Después de realizar numerosos estudios, la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carretera de EE. UU. (NHTSA, por sus siglas en inglés) llegó a la conclusión de que los coches eléctricos e híbridos tienen en velocidades bajas un mayor riesgo de protagonizar accidentes que los coches de combustión. En concreto, su análisis indica que es un 18% más probable que esto ocurra. El ruido es clave para alertar a los peatones de la presencia de un vehículo. Sin embargo, híbridos y eléctricos apenas producen sonido al circular. Este factor puede llegar a ser determinante a la hora de que se produzca un atropello, sobre todo cuando hay riesgo para personas que tienen problemas de visión, ciclistas y peatones despistados.