Lunes, 4 enero 2021 | Redacción CEU
Que la RAE haya escogido "resiliencia" como una de las candidatas a palabra del año 2020 no es una casualidad. Si bien tenía difícil ganar la competición junto con palabras como "vacuna", "pandemia" o "confinamiento" (esta última fue la que finalmente ganó), este término logró entrar en la lista de las palabras más importantes del año pasado por una significativa razón. La resiliencia es una cualidad que no solo permite a sus poseedores superar desafíos y adversidades con éxito, sino que también les puede ayudar a salir fortalecidos de ellas. ¿Quién no querría ser resiliente en el contexto actual de pandemia? Hoy, en el Blog de CEU IAM, reflexionamos sobre qué es la resiliencia, cuál es su lugar dentro del mundo de la empresa y qué claves seguir para impulsar un liderazgo resiliente.
¿Qué es la resiliencia?
Recurrimos, cómo no, a la ayuda de la RAE para conocer la definición de resiliencia, y nos encontramos con dos acepciones. En la primera, la resiliencia se describe como la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos. En la segunda, como la capacidad, en esta ocasión de un material, mecanismo o sistema, de recuperar su estado inicial tras el cese de la perturbación a la que ha estado sometido.
Como a veces una imagen funciona mejor que muchas palabras… Imagina que sostienes con dos dedos un muelle y lo aprietas. En este caso, la resiliencia sería la capacidad que el objeto tiene de volver a su estado normal sin sufrir ningún daño y pese a haberse visto sometido a la fuerza ejercida por tus dedos.
Un liderazgo resiliente
Seguimos con los símiles. Imagina ahora que llega una tempestad y tienes que elegir entre ser un junco débil y enclenque o un roble robusto y macizo. ¿Qué preferirías ser? Como seguro sospechas, esta pregunta tiene trampa, y correrías muy mala suerte escogiendo la segunda opción. ¿Por qué?
Un junco es capaz de resistir la tormenta sin apenas sufrir daños. Cuando el vendaval llega, puede doblarse prácticamente hasta su base, mientras que el roble, pese a ser en apariencia más resistente, puede quebrarse con una de las fuertes embestidas del viento. Paradójicamente, su fuerza y robustez no son suficientes para superar con éxito este evento meteorológico.
Si has llegado hasta aquí, habrás adivinado que la resiliencia es la gran ventaja del junco. Esta planta humilde puede gracias a su capacidad de adaptación salir indemne del contexto más adverso, y no solo eso, consigue hacerlo cuando otros supuestamente más fuertes caen. Esta situación le hace quedar en una posición muy favorable.
Si trasladamos todo esto al mundo de la empresa, nos encontramos con que la mejor forma de hacer fuerte a una compañía y llevarla a superar la adversidad es haciéndola más resiliente. ¿Y cómo conseguir esto? A través de un liderazgo resiliente.
Una empresa no es más que un reflejo de las personas que la conforman, y en este sistema son los líderes quienes inspiran e impulsan una cultura resiliente. Ellos son también quienes motivan a los empleados para que todos avancen en la misma dirección y puedan conseguir superar juntos los obstáculos más difíciles. El liderazgo resiliente puede, por tanto, convertirse en la mejor arma para combatir la pandemia: en toda una vacuna corporativa.