Lunes, 30 septiembre 2019 | Brenda Rodríguez López
Independientemente de la cantidad de dinero que dispongamos, las monedas pesan en los bolsillos. Las tarjetas, aunque mucho más ligeras, son difíciles de sacar de la cartera, y, en ocasiones, de encontrar entre otros documentos y carnets. Por no contar que están protegidas por un pin que podemos olvidar o confundir y que también se pueden deteriorar o desimantar. Son problemas que no nos quitan el sueño, pero que el sistema financiero está dispuesto a solventar, respondiendo, además, con apremio. Una de sus principales propuestas: el pago biométrico. ¿Cuándo llegará esta tecnología a nuestra ciudad? El cambio puede estar mucho más cerca de lo que podría "a priori" parecer.
Como ya hemos comentado en alguna ocasión, la experiencia nos enseña que lo que poco tiempo atrás llamamos ficción pronto pueda tornarse en realidad. Hoy en día, podemos desbloquear el móvil gracias al reconocimiento facial, identificarnos en el trabajo a través de nuestra huella dactilar o abrir una aplicación bancaria con el uso de la tecnología biométrica. Sin embargo, estos ejemplos solo sirven de aperitivo de lo que aún que está por llegar. Para complacer las expectativas de los usuarios más exigentes, encontramos propuestas como la de la Empresa Municipal de Transportes de Madrid (EMT), con la que empezamos a despedirnos, quizás para siempre, de nuestro abono transporte y del pago del billete de autobús en efectivo.
Subirse al bus "por la cara" puede convertirse pronto en costumbre. Sin embargo, los usuarios no le "estarán echando cara", sino que estarán utilizando el servicio público de una forma oportuna. Mastercard, junto con el Banco Santander, la empresa emergente Saffe y la EMT, ha desarrollado proyecto un destinado a implantar el pago biométrico en los autobuses de la capital. Lo hace en el marco de Madrid in Motion, una propuesta de innovación y movilidad impulsada por el Ayuntamiento de Madrid y Barrabés.
Esta iniciativa propone que los pasajeros se suban al autobús y paguen -o confirmen que han pagado su suscripción de abono transporte- a través de la tecnología de reconocimiento facial. Para hacerlo, solo necesitan registrarse en una aplicación móvil y aportar sus datos bancarios y una imagen. A partir de entonces, cuando los usuarios se suben al autobús, pueden verificar u ordenar el pago gracias a una cámara integrada en el vehículo que reconoce su rostro. Este proyecto se encuentra aún en fase de prueba. Durante los próximos meses, un centenar de usuarios utilizarán el método de pago en una línea de la EMT. Si todo sale según lo previsto, el sistema se implantará después en el resto de líneas.
El proyecto de la EMT no es el único de este tipo en marcha dentro del territorio español. Hace unos días, un restaurante barcelonés activaba el primer pago facial de un comercio español: Face to Pay Viena. Se trata de un proyecto piloto, en el que participan el grupo de restauración Viena y el centro de innovación Payment Innovation Hub, que se pondrá a prueba durante dos meses en un local situado en el número 405 de la avenida Diagonal. La idea detrás de este sistema es muy similar a la de los autobuses madrileños. Los usuarios descargan una aplicación (disponible en Google Play y App Store), registran sus datos personales, eligen un método de pago y aportan sus parámetros biométricos. Una vez realizada esta operación, pueden abonar sus consumiciones sin el uso de tarjetas, efectivo o teléfonos móviles, solo a través de la tecnología de reconocimiento facial.